¿Por qué escuchamos música de mierda?

Así como un cocinero que ama la gastronomía se pregunta por qué elegimos la comida chatarra, yo me pregunto: ¿por qué escuchamos música de mierda?

La música es un super poder para encontrarnos con los demás y con nosotros mismos. Es una forma de estar en el mundo, un lente sobre el cual miramos la realidad. La música nos permite regresar al lugar donde nacimos. Nos da fuerzas para seguir adelante. Nos hace pensar, bailar y sentir.

La música es fuerte y frágil. Es un espejo de nuestras preguntas y nuestros sueños. Pero para acceder a las preguntas y a los sueños necesitamos del silencio. La música necesita del silencio. En el mundo de hoy no hay silencio porque todo el tiempo estamos abriendo ventanas. Porque siempre estamos disponibles. Sin embargo, el silencio nace de la indisponibilidad. El silencio es una manifestación de la negatividad, es exclusivo. La hipercomunicación mata a la música y eclipsa el alma. Hemos construido una comunicación pornográfica y sin fantasía, en un mundo sin silencio donde reina la alegría digital. Lo importante es producir y el silencio no produce nada. Por eso lo evitamos.

El silencio es la oración natural del alma. Hoy el alma ya no reza porque no hay silencio. Un alma sin silencio es un alma sin música. Y un mundo sin silencio es un mundo sin música. Por eso escuchamos música de mierda, porque vivimos en un mundo sin silencio.